jueves, 28 de julio de 2016

La evolución del tacógrafo

El primer recuerdo que tengo de Pablo se remonta a finales de los 80. Apenas pasaba la treintena y ya hacía internacional. En el argot del transporte profesional, es lo que se conoce como circular por el extranjero.

Llevaba mi camión, el Renault “Mª Victoria” y cuando se iba de viaje decía que se iba con su novia. Lo que no recuerdo es si ya iba con su inseparable puro, que aún hoy no ha soltado, muy a mi pesar. Ya se disponía de la ayuda del tacógrafo, pero Pablo nos cuenta cómo ha evolucionado ese pequeño aparatito que registra la distancia recorrida y la velocidad del vehículo, tan importante en la vida del chófer. Pablo empezó trabajando para Manuel Tortosa Pérez, y más tarde pasó a Transportes M. Tortosa S.L.

Al principio de los tiempos, no se usaba nada. Las paradas se hacían a petición del interesado, cuando estuviera cansado, o cuando quisiera hacer una parada para comer o similar. Entonces las carreteras eran bastante peores, no había autovías y la única ayuda era el mapa en formato papel, que más vale que estuviera actualizado, si no querías acabar en un destino bien distinto.

Más tarde se incorporó el libro de ruta, donde se anotaban las horas de conducción y las paradas de forma manual. Era una manera de controlar los descansos, y podía ser solicitado por la Guardia Civil u otras autoridades.

El nacimiento del tacógrafo de disco supuso el salto de calidad. Un sistema totalmente automático, no manipulable y en un soporte de fácil lectura e interpretación. La hoja de registro o disco diagrama se introducía en el tacógrafo. Al estar fabricada de un papel especial, los dispositivos impresores registraban, por presión de manera continua, los gráficos que se hacían en función del tiempo. Cada disco tenía una duración de 24 horas y en él se registraba:

Tiempo de descanso, Tiempo de disponibilidad, Tiempo de trabajo distinto a la conducción, Velocidad del vehículo, Distancia recorrida y Aperturas del aparato de control.

Esta información era muy útil en el caso de accidentes o denuncias por incumplimiento, precisamente, de esos tiempos de descanso y conducción. Los chóferes debían llevar en el camión los discos de los 28 días anteriores.

Por último, y en la actualidad vigente, el tacógrafo digital. En la era de las nuevas tecnologías, y siempre en pro del medio ambiente, nace este tacógrafo que no necesita discos. Toda la información la recoge de forma digital en una tarjeta, que puede descargarse en el ordenador con un software adecuado. Por supuesto, también está a disposición de los agentes de tráfico que lo soliciten, y es personal e intransferible para cada conductor.

No olvidemos la ayuda de GPS´s y navegadores, pudiéndonos olvidar del mapa de carreteras.

Lejos de ser un utensilio con afán recaudatorio, el uso del tacógrafo ha pretendido siempre controlar los períodos de actividad e inactividad, a fin de evitar accidentes en carretera por cansancio o somnolencia del conductor. De igual manera, nos da información de si se respetan los límites de velocidad impuestos para ese vehículo en esa vía. La mejora de las carreteras, la mayor concienciación y la profesionalización del sector, han hecho que personas como Pablo, sigan en activo 33 años después de su primer viaje.

Camión con los colores originales de Transportes M. Tortosa.

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