Había en A
Coruña en los años ochenta un veterano aficionado a correr que cada tarde, al
caer el sol, cubría el tramo entre el puente de A Pasaxe y el centro, cruzando
Os Castros, ajeno a cualquier incomodidad, lloviera o cayera granizo. Era tan
peculiar el personaje, que se hizo muy popular. En realidad, había más de
un “chalado” en todas
las ciudades. Tan cuerdos como incomprendidos. Y es que hoy, los locos son los
que no corren.
¿Por qué
corren? Salir a quemar zapatillas resulta cómodo y barato, pero siempre lo fue.
Así que la explosión del running justo ahora requiere otras explicaciones. Por
un lado, se produce un enorme mimetismo: “Si mi colega, con unos cuantos kilos
de más y fumador, acabó aquella carrera, yo también puedo conseguirlo”. La
gente le perdió el miedo al deporte en la calle. Hoy salir a rodar se ha
convertido en algo muy trendy. Las grandes marcas se gastan
fortunas en anuncios para ganarse a un público, sobre todo al femenino, que
antes no practicaba mucho deporte y ahora también consume, razona Carlos
Melchor, entrenador nacional de atletismo.
Así de
incomprendido era aquel francés que veraneaba en El Chive, barriada de Lubrín
(Almería), en plena Sierra Atalaya. Era el novio de Verónica, cuya familia
había emigrado a la ciudad gala de Rodez en los años 60. La gente mayor miraba
con recelo a aquel muchacho forastero que salía a correr día sí y día también.
Se habían conocido en París, donde Verónica aspiraba a una prometedora carrera
como bailarina, pero fue a partir de ese momento cuando sus caminos se cruzaron
y ya no se separaron. Véronique Zidane y Zinedine Zidane, sin lugar a dudas, los
dos chiveros más ilustres.
Fuente:
18 de Mayo a las 10h, apúntalo! |
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